¿Cómo funciona una red de calefacción con biomasa?

Redes de Calor

Los sistemas de climatización más eficientes son los basados en redes de calefacción distribuida, redes de distrito, redes de calor o —como se denominan en inglés— district heating.

Estos sistemas producen energía térmica en unas instalaciones centralizadas y la distribuyen hasta los usuarios mediante un conjunto de tuberías ‘preaisladas’, generalmente subterráneas, a través de un fluido que suele ser agua caliente. Este sistema garantiza una mejor eficiencia energética y calidad de servicio que el que ofrecen las instalaciones individuales, además de permitir la utilización eficiente de la energía térmica y de fuentes renovables, como la biomasa, fácil de integrar, fable y flexible.

Respecto a las emisiones, incluso usando el mismo biocombustible, se logra una reducción respecto a las que emitirían el mismo número de instalaciones individuales a las que sustituiría dicho sistema. Además, la central está provista de elementos altamente eficaces —filtros de mangas, por ejemplo—, con lo que se puede controlar la posible contaminación.

Los elementos principales

Central de generación. La producción de calor en estos sistemas se realiza de manera centralizada para los distintos consumidores en la central de generación. De esta manera pueden eliminarse los equipos individuales en los puntos de consumo y, por otro lado, permite la incorporación de tecnologías con mejor eficiencia energética, como el uso de calor residual o las energías renovables (biomasa, solar, geotermia). Se trata de equipos más eficientes por factor de escala, que además son gestionados profesionalmente.

Red de tuberías de distribución. Es la que permite el movimiento de los fluidos. Está formada principalmente de tubos ‘preaislados’ para minimizar las pérdidas térmicas. Mediante agua —antiguamente también vapor—, se transporta la energía hasta los usuarios, donde se cede el calor a los puntos de consumo. La red también dispone de un circuito de retorno a la central. Habitualmente, las tuberías se distribuyen a través de una canalización subterránea que sigue el trazado de las calles en zonas urbanas.

Subestaciones. La transferencia térmica entre la red de distribución y los consumidores (viviendas u otros edificios) se realiza a través de una subestación formada por un intercambiador y los elementos que regulan y controlan que el funcionamiento sea el correcto, así como los elementos de medición para facturar las energías. El intercambiador de una vivienda ocupa poco más que una caja de zapatos frente a lo que ocupa una caldera.

Todos ganan


Los ayuntamientos, responsables de la planificación y tramitación urbanística, suelen ser partícipes en los proyectos, como usuarios de la red para sus propios edificios o como perceptores, en todo caso, de las ventajas que ofrecen las redes de calor para las ciudades. Entre ellas, por ejemplo:

• Mejoran el paisaje urbano, aumentan la sostenibilidad urbana, reducen el impacto ambiental y el consumo del recurso energético.
• Usan una energía renovable y local, que genera riqueza y empleo en el entorno, a la vez que aminoran su dependencia energética.
• Reducen los gastos (energía, mantenimiento e inversión).

Las empresas de servicios energéticos (ESE) intervienen en el diseño, la inversión y la gestión del sistema. Su negocio está en que aportan calefacción sostenible, más barata, profesional y con valor añadido a las viviendas y edificios comerciales conectados.

Los usuarios son los más beneficiados, como clientes que eligen una tecnología colectiva frente a una individualizada. Ahorran espacio, inversión y mantenimiento en equipos de calefacción y chimeneas. Ahorran en la energía que consumen, reducen vibraciones, ruidos, riesgos... y mejoran la calificación energética. Los usuarios pueden ser comunidades de vecinos, edificios de empresas (comercios, oficinas, hoteles), edificios de equipamientos (escuelas, hospitales), de las administraciones públicas, etc.

Ventajas de las redes de calor

Ahorro en el gasto de calefacciónUn sistema colectivo genera mayor eficiencia y menores costes de explotación. La posibilidad de consumir diferentes tecnologías y combustibles posibilita aminorar el coste del calor.

Ausencia de equipos de generaciónTener una sala de calderas alejada de tu propio hogar, incluso del edificio, permite dividir los gastos de operación y mantenimiento entre todos los usuarios, se suprimen decenas, cientos e incluso miles de chimeneas individuales, se eliminan los riesgos de combustión, explosión, los ruidos y las vibraciones de tu vivienda, incluso se recupera el espacio útil que ocupaba la caldera en tu vivienda o comunidad.

Mayor eficiencia energética y confortUna instalación común permite una mayor flexibilidad y adaptabilidad para disponer de mayor potencia si se necesitara y una permanente actualización tecnológica. Un control profesional 24h de parámetros y sensores aporta mayores garantías en el suministro energético, y en el rendimiento y vida útil de los equipos.

Mayor satisfacción personalSer usuario de un sistema colectivo que respeta el medioambiente, que ayuda a la reducción de incendios de nuestros bosques, que combate el cambio climático, y que además genera riqueza y empleo en nuestras comarcas, genera un sentimiento común de responsabilidad compartida

Inconvenientes de las redes de calor

Falta de experiencia. Tanto la inercia de la instalación de calderas individuales de gas como la falta de conocimiento e interés por parte de los profesionales técnicos y responsables de la administración pueden lastrar la coordinación necesaria a la hora de construir una red de calor con biomasa.